A 25 años de la condena a muerte al escritor Salman Rusdhie
Una tarde con Salman Rushdie
Madrid luce brumosa y desangelada el miércoles 23 de abril.
Por Gran Vía el viento frío desanima a los vendedores que se apertrechan detrás
de los mostradores de libros, cerrándose las chaquetas y dando saltitos de un
pie a otro para calentarse un poco. En nada tiene que ver este día con la
semana cálida y radiante que se disfrutó durante la recientemente terminada
Semana Santa. Se vende,sí. Pero menos de lo que se esperaba.
De pronto se arma un revuelo. Atendiendo a una llamada
misteriosa aterriza una bandada de fotógrafos, camarógrafos y periodistas.
Apenas tenemos tiempo de descubrir el motivo de la llamada antes que
desaparezca detrás de las cámaras: un hombre alto vestido con un elegante traje
gris oscuro se inclina interesado sobre los libros y con el típico gesto del
miope se levanta las gafas para leer alguna nota en la contraportada. De
vez en cuando conversa con un par de personas que lo acompañan y que sonríen y
asienten a todo lo que él dice. Salman Rushdie hace su entrada. No hay un solo
policía en la zona.
Real Casa de Correo. Puerta del Sol 7
El encuentro con Salman Rushdie continua en la Real Casa de
Correo. Esta vez escoltado por el periodista Juan Cruz y el filósofo y
escritor Gabriel Albiac. La asistencia es masiva y cuando Albiac inicia la
tertulia el salón está repleto.
Albiac: Es un honor compartir con un escritor que
se enfrentó en solitario contra el totalitarismo y que alertó al mundo sobre el
peligro del fanatismo.Tenemos una deuda moral con quien nos confirmó que “se
empieza quemando libros y se termina quemando personas”
Rushdie:La literatura no corre peligro. Ninguna persecución podrá acallarla. Porque la literatura es fuerte y sobrevivirá hasta el final. No es la escritura por la que debemos temer, sino por los escritores, que son frágiles. Y están en peligro. La seguridad del escritor garantiza, la seguridad de la escritura.
Juan Cruz: ¿Cómo afectó a su escritura eso años en
que fue Joseph Anton?
SR: Fueron años muy tormentosos. Y mi atención
estuvo centrada en que esa turbulencia exterior no contaminara mi escritura.
Cito a Borges ‒“No se puede hacer una foto de la Pampa”‒ porque es imposible retratarla en su extensión. Y la Pampa es su
extensión. Y hubo un tiempo en que llegue a perderme en ese tiempo que era
igual, día tras día. Fueron diez años en que luché porque siguiera existiendo
una conversación interior que me permitiera seguir escribiendo mis libros.
GA: Hay una frase que me parece terrible y con la que
usted alertó sobre la revolución islamista: “después de la revolución no habrá
relojes”
SR: Abolir el tiempo fue una premisa de la
revolución, porque el enemigo era la historia. Para los ayatolás la sociedad
perfecta existió en el año VII antes de Cristo. Y había que destruir todo
aquello que no coincidiera con ese ideal de perfección.
JC: ¿Por qué siendo una biografía está escrita en tercera
persona?
SR: Porque Joseph Anton no soy yo. Tengo veinte
años más. Tenía cuarenta años y no era la misma persona que soy ahora.
Ese era un señor que tuvo que soportar el odio. No me reconozco en las
fotos de esa época.
GA: ¿Por qué cree usted qué el mundo cerró los ojos
ante el peligro del fanatismo islámico antes de los atentados contra las
torres?
SR: Porque no les pasaba a ellos. Ahora pasa
aquí, pues existe. Es una aberración pero es así. Un escritor es una excepción.
Y si es por algo que ha escrito la gente siente que se lo ha buscado. ¿Quién lo
manda a escribir sobre eso? Yo tuve mucha suerte. Sin el apoyo de mis amigos no
hubiera superado esa época. En medio de todo ese odio dirigido hacia mi hubo un
circulo de amor que me protegía. Eso y el sentido del humor porque en medio de
toda esa locura recuerdo cosas desternillantes. Una noche la televisión inglesa
entrevistó a un ayatolá y le preguntó sobre Los versos satánicos.
No lo había leído. Alegó que no lo había hecho porque insultaban su fe. Está
bien ‒dijo el entrevistador‒ pero el señor Rusdhie ha escrito ya tres libros, entrevistas,
artículos. ¿No ha leído nada de él? No ‒respondió el ayatolá‒ la verdad es que la literatura no es lo)mío. Nadie lo podría
haber expresado mejor. Fue un gran momento de humor negro
ANNIE VAN DER DYS 3 DE MAYO 2014 - 12:01 AM
El Nacional.- 09 DE MAYO DE 2014 • CARACAS (VENEZUELA
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