El valor de las palabras

No hace mucho tiempo, leyendo el diario abc de España encontré un artículo referido a los temas que debían tratar los partidos políticos en las reuniones del deliberante de un municipio. Me resultó penoso leer como  un alcalde definido como socialista  hablara con gran ligereza de temas tan importantes como aprobar nuevas políticas sobre temas como el aborto, la eutanasia o una mayor laicidad y expresara que el ùnico perjudicado con los cambios de esas políticas sería el partido. No se le ha ocurrido pensar que en realidad cuando no se tratan temas de interés para la comunidad los verdaderamente perjudicados son los ciudadanos que lo han elegido para que se haga cargo del mandato de representarlos . Si el tema de “menor coste” es el del aborto, que los detiene? Y sobre opinar que algunas mujeres quieren tener el derecho a elegir si abortar o no por “problemas de capricho” es no tener la menor idea de lo que  está hablando. Me reservo el nombre del municipio y también el del alcalde