La divina sensualidad del arte indio
Fragmento de un artículo con la firma de William Dalrymple / Historiador Británico publicado en
ead / El Arca Digital
Los occidentales que visitan la India pueden sorprenderse frente a las imágenes de voluptuosidad sensual que ofrece el arte, puesto que el cristianismo ha propuesto al cuerpo humano como esencialmente pecaminoso, lujurioso y vergonzoso. O sea, un vehículo contaminado del alma perecedera que tiene que ser domesticado y disciplinado. Para la tradición artística de la India, lo sensual y lo sagrado no se oponen. Ellos son uno, y lo sensual es visto como una parte integral de lo sagrado. Los dioses siempre se representan como sobrehumanamente hermosos, porque si la imagen no era hermosa, entonces los dioses no se convencerían de habitar la estatua.
Los occidentales que visitan la India pueden sorprenderse frente a las imágenes de voluptuosidad sensual que ofrece el arte, puesto que el cristianismo ha propuesto al cuerpo humano como esencialmente pecaminoso, lujurioso y vergonzoso. O sea, un vehículo contaminado del alma perecedera que tiene que ser domesticado y disciplinado. Para la tradición artística de la India, lo sensual y lo sagrado no se oponen. Ellos son uno, y lo sensual es visto como una parte integral de lo sagrado. Los dioses siempre se representan como sobrehumanamente hermosos, porque si la imagen no era hermosa, entonces los dioses no se convencerían de habitar la estatua.
Aunque las imágenes fueron destinadas a un público
monástico, la imagen de Buda tiende invariablemente a no mostrarlo en su medio
monástico, después de su conversión, sino en el ambiente cortesano en el que se
crió.
(...)Como dijo el gran historiador del arte indio Vidya
Dehejia, "no se asociaban a la idea de que este tipo de imágenes sensuales
pueden generar pensamientos irreverentes, sino que las asociaciones
establecidas parecen haber acentuado el crecimiento, la prosperidad y los
buenos augurios"."Es por eso que los monasterios de Ajanta se llenaron de imágenes de
bellas mujeres, porque ante los ojos de los monjes, esta decoración era
completamente apropiada".
(...)Aquí se considera totalmente adecuado cubrir las
paredes de un templo con parejas copulando.
(...)(...)En oposición al
amor romano clásico por la sensualidad, los primeros monjes cristianos se
dispusieron a mortificar sus cuerpos y luchar contra todas las tentaciones de
la carne.
Sólo desafiando los impulsos y sacándolos fuera del cuerpo, según la creencia
de los monjes coptos, se puede llegar a la perfección. Somos polvo y en polvo
nos convertiremos. Y estas actitudes no han abandonado del todo la tradición
cristiana occidental.
(...)La escultura
india fue considerada inmoral y el contacto con ella podía infectar la
sensibilidad moral, se creía. Ya en el siglo XVII los viajeros europeos se
quejaban sobre los templos llenos de "mucha inmodestia, fornicación de
estilo pagano y otras abominaciones (...) [y] llenos de figuras lascivas de
monstruos, donde uno no puede entrar sin horrorizarse".
Incluso en el libertino siglo XVIII un caballero se quejó de que "las figuras de dioses y diosas se muestran en posturas tan obscenas, que hasta las ninfas de Covent Garden estarían contrariadas para imitarlos”.
Incluso en el libertino siglo XVIII un caballero se quejó de que "las figuras de dioses y diosas se muestran en posturas tan obscenas, que hasta las ninfas de Covent Garden estarían contrariadas para imitarlos”.
(...)"En esta tradición, lo sensual y lo sagrado no se
oponen. Ellos son uno, y lo sensual es visto como una parte integral de lo
sagrado”
Pero los indígenas precoloniales no asociaban a las mujeres con el pecado y en
las voluminosas escrituras indias no hay ninguna Eva. Las mujeres no se
asociaban con la tentación, sino que con la fertilidad, la abundancia y la
prosperidad y hay un reconocimiento abierto de la sexualidad como una ruta a lo
divino.
(...)Esta obsesión con la belleza del cuerpo humano
sobrevivió a oleadas de invasiones, y a la llegada del Islam al sur de Asia.
(...)La ruptura ocurrió durante el período colonial, con la
llegada de misioneros cristianos en el siglo XIX. En reacción a las diatribas
británicas sobre " la inmoralidad hindú " una nueva generación de
reformadores hindúes educados en Reino Unido comenzó a criticar y reexaminar
sus propias tradiciones.
Surgió un movimiento que instó a las mujeres hindúes a cubrirse y la castidad y
la modestia fueron elevados como los atributos ideales de la feminidad hindú.
(...)Si la historia
en general y la historia del arte en particular tienen algún valor más allá del
entretenimiento y nos ofrece lecciones y ejemplos del pasado, es tal vez para
liberarnos –tal como los viajes- de la tiranía de nuestros propios valores
culturales y hacernos conscientes de lo contingentes y limitados por el tiempo,
la cultura y la geografía que son muchos de nuestros prejuicios
Sugiero la lectura completa de este artículo en: www.elarcadigital.com.ar
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