Sufrir un poco también puede ser estimulante
Breve relato sobre algunas cuestiones triviales Después de haber esperado varios minutos que la vendedora, aparentemente concentrada en la lectura de un libro y al mismo tiempo escuchando música a todo volumen, dije con mi tono más amable: - Señorita, quisiera ver un prendedor. -¿Vió alguno en la vidriera? Preguntó entre descortés e indiferente, levantando apenas la vista. Noté que tenía cara de estar enojada. De un enojo que yo no había provocado, que parecía llevar puesto así como su remera y su pantalón. -Me gustaría ver ése - dije segura de mi misma, señalando uno que a mis ojos, tenía una belleza especial -Ahh...ése... ¡es muy caro! Lanzó con aire desdeñoso. Considero que soy una persona tolerante y respetuosa pero la agresividad y la discriminación, simplemente ¡me excitan!. -¿Yo le pregunté el precio?- dije con un tono que no dejaba lugar a dudas acerca de que la pregunta llevaba implícita una sola respuesta. La vendedora, que no estaba dispuesta a perder su malhumor, ma